¿Empoderamiento o prostitución digital?
Vamos a ser sinceros: mostrar tu cuerpo en internet no es empoderamiento, al menos no en la forma en que nos lo quieren vender. Muchas veces es simplemente prostitución con Wi-Fi, un negocio disfrazado de revolución feminista donde el capital y el morbo mandan más que la verdadera libertad. En la cultura actual, hemos llegado a un punto en el que “tener éxito” parece sinónimo de acumular seguidores, vender fotos íntimas o competir por quién es más atrevida frente a una cámara. No importa si eso trae consecuencias irreversibles, lo que importa es subir rápido, ser viral y convertir tu cuerpo en mercancía.
Lil Tay y el espejismo del “éxito fácil”
Un ejemplo perfecto fue Lil Tay, esa adolescente que se dedicaba a llamar “fracasadas” a mujeres que trabajan ocho horas diarias. Sí, esas mismas que pagan cuentas, madrugan, crían hijos y sobreviven sin likes ni suscriptores. Lil Tay simbolizó una generación que mide su valor en seguidores y no en esfuerzo real. Gracias, Lil Tay… nunca pensé que la dignidad se pudiera medir con un algoritmo. Pero aquí viene lo que nadie quiere reconocer: el pasado no se borra. Y cuando hablamos de internet, la huella es casi eterna.Lana Rhoades y la prisión del pasado digital
Pregúntenle a Lana Rhoades y a tantas mujeres que decidieron retirarse del contenido adulto. Muchas desearían poder eliminar todo lo que subieron. Esa libertad que parecía tan emocionante en un inicio, se transforma en cadenas cuando quieren rehacer sus vidas: mudarse, estudiar, conseguir un empleo tradicional o simplemente ser recordadas por algo distinto a su cuerpo. El problema no es solo la crítica social, sino el precio emocional y psicológico: acoso constante, reducción de tu identidad a lo sexual, dificultad para crear relaciones sanas y la imposibilidad de escapar de tu “yo digital”. ¿Realmente es empoderamiento cuando no puedes huir de algo que juraste que era tu elección?El disfraz del feminismo comercial
Muchos llaman a esta ola una “revolución feminista”. Pero, ¿qué tan feminista es que el cuerpo de la mujer siga siendo el producto más rentable del mercado? ¿Qué tan liberador es que miles de mujeres compitan por atención masculina bajo el disfraz de libertad? Seamos claros: empoderamiento no es lo mismo que exposición. Una cosa es tener derecho a decidir sobre tu cuerpo, y otra muy distinta es reducir tu valor únicamente a él, alimentando las mismas dinámicas de explotación que el feminismo intentó combatir durante décadas.El costo que nadie menciona
El dinero rápido suena atractivo,pero viene acompañado de algo que casi nunca aparece en los discursos:
Acoso y hostigamiento digital,donde tu privacidad deja de existir.
Competencia sexual interminable,siempre habrá alguien más joven, más atrevida, más dispuesta a ir más lejos.
Dependencia psicológica,porque tu autoestima empieza a depender de likes, suscripciones y pagos.
Culpabilidad futura,cuando quieras vivir de otra forma y tu pasado te persiga.
Es un trato con letra pequeña: hoy disfrutas ingresos inmediatos, mañana cargas con cicatrices emocionales y sociales.